domingo, 20 de diciembre de 2015


Cómo vivir unas navidades familiarmente responsables


Para cualquier familia cristiana en el mundo, estas fiestas son momento de acercamiento de los lazos familiares, tomando como modelo la familia de Nazaret, que vivió hace XXI siglos en paz y armonía. A partir de este referente, algunas sugerencias para vivir una Navidad familiarmente responsable pueden ser:
  • Buscar los valores invisibles de la Navidad, sabiendo que hay costumbres incompatibles con la armonía y felicidad de la familia.
  • Descansar y dormir, comer y beber con moderación y con sentido común ya que los excesos son incompatibles con el buen humor y no favorecen la felicidad y la complicidad familiar. 
  • Evitar regalos de moda, consumibles o perecederos. Es mejor regalar ilusiones, pasatiempos de ocio en familia, tiempo y sobre todo nuestro  buen ejemplo para los que nos rodean. La Navidad es incompatible con el consumismo atolondrado.
  • Adornar la casa incluyendo símbolos que te recuerden tus creencias y eleven tu espíritu por encima de lo material, para llenarte de optimismo y alegría. El buen espíritu de la Navidad es alegre y por tanto incompatible con la tristeza.
  • Hay recetas tradicionales que esclavizan en la cocina y al estómago pero que pueden terminar por darnos mal sabor de boca ya que son incompatibles con el hambre y la pobreza en el mundo. Sé creativo y no pongas  sólo billetes en las comidas familiares.
  • Intentar desconectar estos días, para conseguir contemplar uno a uno a todos los de tu familia, incluidos los abuelos. Valorar estar juntos porque sí, por lo que sois y os une. No por lo que tenéis. El tener como valor es incompatible con el ser.
  • Revisar entre tus familiares y amigos, si en el último año hay alguna persona  que se sienta especialmente sola, triste o enferma y acércarte a ella de alguna manera para que se sienta muy acompañada especialmente por ti.
  • Revisar también si estás enfadado o distanciado de algún familiar y ponerte en contacto para acercarte a él y resolver vuestras diferencias. Recuerda: es el Año de la Misericordia.
  • Repasar tus últimos 12 meses y decidirte a pensar sobre algunos aspectos de tu vida tales como hacia donde quiero ir, qué quiero y que no quiero para mi vida el próximo año, qué me queda pendiente por mejorar.
        

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